viernes, 2 de noviembre de 2007

Reconstrucción y solidaridad

Noel causa 115 muertos en el Caribe


La solidaridad de los dominicanos residentes en el país y el extranjero, así como de las empresas y organismos internacionales, se imponte en este momento en que miles de personas son afectadas de diversas maneras por las inundaciones de la tormenta tropical Noel.

Los reportes de las autoridades dominicanas son dramáticos: 73 muertos, 43 desaparecidos, 22,758 refugiados y miles de viviendas y plantaciones agrícolas anegadas.

Para reconstruir las zonas devastadas se requerirá la ayuda material y técnica de todos los sectores nacionales.

La solidaridad internacional ha comenzado a llegar de parte de gobiernos amigos y organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero se requerirá de técnicos y especialistas que ayuden a prevenir enfermedades contagiosas y a restaurar las zonas destruidas.
Sin embargo, hay una realidad inmediata: en lo que llega la ayuda externa y se cumplen las prometidas internamente, la gente en las zonas afectadas necesita urgentemente agua, comida, medicinas, colchas, frasadas y otros artículos de uso diario.


Los meteorólogos estadounidenses, indica una información fechada en NASSAU, Bahamas, clasificaron el jueves a Noel como un huracán categoría 1 a medida que se alejaba de las islas Bahamas hacia el Atlántico con vientos sostenidos máximos de casi 121 kph (75 mph).

Como tormenta tropical, Noel empapó las Bahamas y Cuba el jueves mientras los rescatistas en República Dominicana partían en botes y helicópteros para llegar a decenas de comunidades aisladas por inundaciones y deslaves. La cifra de muertes en el Caribe se elevó a 115

Las fotos superiores fueron publicadas por El Caribe y corresponden a las inundaciones provocadas por el río Yaque del Sur . La foto de abajo fue publicada en clavedigital.com. Escenas como estas se repiten en muchas zonas del país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bueno, Oscar, que publicaciones como la tuya, dediquen un espacio considerable a tratar este tema lacerante que a todos, como dominicanos, nos concierne. Reconstruir las zonas devastadas por Noul, ciertamente, requiere de todos e, incluso, de la solidaridad de organismos internacionales, pero especialmente debemos contribuir a curar tanto dolor que la tormenta ha dejado en tantos hogares desmembrados que hoy lloran, en mucho casos sin un cuerpo, a uno o varios de sus miembros e incluso a familias enteras. La indiferencia no debe encontrar cabida ante un drama como el que vivimos.

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