Los partidarios de cierta concepción política mantienen el principio de que importante son los fines más que los medios para llegar a ellos. Esta posición corresponde a una visión pragmática del ejercicio político, la cual prioriza por encima del componente ético.
Un académico y un político generalmente tienen visiones diversas sobre la forma de enfocar un hecho. El primero se fundamenta en los principios y posiciones ideológicas, mientras que el segundo estará más cerca de los resultados prácticos.
Para comprender la política debemos hacer un ejercicio de abstracción y analizar los hechos más allá de su efecto inmediato.
La política de por sí sola es noticia, reflexiona el filósofo Julián Baggini, en su libro “Más allá de la noticia. La filosofía detrás de los titulares”, mientras Murray Ederman advierte que los medios de comunicación ponen más atención a que lo él llama “el espectáculo de la noticia”, razón por la cual las noticias políticas acaparan los principales titulares de la prensa.
Lo cierto es que la filosofía política y la política no son lo mismo. “La filosofía política –explica Biggini- versa sobre cuestiones generales de principio y de teoría, no sobre su aplicación”.
“La política -en cambio- no consiste sólo en tener una filosofía clara, sino también en conocer los hechos, entender cómo funciona la economía, ser capaz de responder a la demanda de los votantes, la diplomacia, la administración de las crisis, el pragmatismo, el compromiso y el conflicto”.
Biaggini lo explica más clara cuando expone: “un filósofo puede ser capaz de decir qué principios debería seguir un programa político, pero ser incapaz de decir cuáles son las mejores políticas reales para llevar esos principios a la práctica”.
“En términos más amplios, -dice el autor- la filosofía política sólo es una parte de la política”.
Para que podamos entender la aparente actuación irracional de muchos políticos, leamos esta conclusión del filósofo británico:
“En resumen, un político no es ni puede ser una persona a la que le basta con la fidelidad a ciertos principios de filosofía política. Tiene que “ensuciarse las manos”, porque la política en el mundo real no se refiere únicamente a filosofía y a principios. Quien se dedique a la política y piense de otra manera está destinado a una corta carrera, no porque la política sea tan corrupta que esas personas no puedan sobrevivir en ella, sino porque la política no es una empresa teórica, sino práctica”.
En República Dominicana quizás hay muchos políticos que no sepan qué es la filosofía política, pero están tan curtidos en el ejercicio de la política que pueden dar cátedra de su pragmatismo.
Analice usted la fauna política del patio, piense en cómo actúan los políticos, cómo se refieren a ciertos temas y de lo que son capaces para llegar o mantenerse el poder…y extraiga sus propias conclusiones.
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