Pero aún hay más. En una sentencia ejemplarizadora, en la que afirma que el acusado quiso burlarse de los simples mortales con una defensa "kafkiana" y "absurda", el magistrador Castro sugiere que habría decretado cárcel incondicional si así lo hubiese solicitado el fiscal.
Este magistrado debería darse una vueltecita por República Dominicana paraa que le dé una clasesita a nuestros responsables de combatir la corrupción pública, quienes son los únicos en no ver dónde hay dolo en la administración de los bienes del Estado. ¡Así se hace democracia!