viernes, 29 de junio de 2007

Mi mundo mago

Oscar Peña

Ciego lanzo mi jabalina al sueño cargada de sonidos
que tañen sus ecos en paredes bañadas por destellos lunares.
La música marina es un infinito concierto, todo duerme,
y allá abajo, donde desembocan los residuos del alma
se diluye un cuerpo de mujer que antaño fue hermoso y tierno,
apetecible.

Aquí, en el bar improvisado en la calzada,
el olor a incienso
llega entremezclado con el aroma a café recién colado.
En la calle solitaria y en silencio
un nombre conocido es una palabra sombría
para los transeúntes que vagan.

Dos argollas de fuego observan la noche,
como dromedarios la vigilan,
la aman, la anhelan, la esperan,
porque no se puede vivir sin esa parte oscura que doblega,
como no se puede caminar bajo la luz
sin una sombra que marque el doble paso,
así la sombra es la afirmación del clandestino sentimiento.
Una sombra, espejo oscuro que nos mira.

Mi mundo chico
no cabe en la planicie de un espejo.
Se desborda,
es más inmenso que la forma.

Mi mundo es tierno,
humano, transparente, bravo.
Un río desbordado
que a su paso arrastra las malezas,
dejando arroyos
y valles en primavera.

Lengua de fuego,
verdes campos,
bosque en silencio,
semilla en tierra fresca.

Mi mundo mago,
hojas verdes,
sombras fueron,
hojas muertas,
abono en tierra son.

Mi mundo mago,
eco de ruedas
desbocan el caballo marino
que en mí duerme.

Mi mundo mago,
fiesta del yo viviendo
la melodía de un saxo solitario.
Eco de un llanto,
de una voz que mendiga
en mi ventana.
Mi mundo chico,
mi mundo mago y grande
viene en asonancias
de las menudas cosas
que eternizan los instantes.
Mi mundo mago
es un eco mundano
que transita
Sin sombra,
a la luz del plenilunio
de una noche dormida
entre sollozos.
Mi mundo mago
es un sueño.

1 comentario:

Luis O. Brea Franco (Lobrea) dijo...

Excelente poema de un poeta enamorado de la vida. Gracias Oscar. Un abrazo, Lobrea

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